La caída de las bodas religiosas
17 de abril de 2023Las bodas del 2023
Llega el momento de empezar a pensar en los preparativos de vuestra boda. Por supuesto, eso pasa por teclear en el buscador algo tipo "tendencias bodas 2023" y ahí, un sin fin de respuestas lanzadas por el motor sobre las que iréis pinchando para estar al tanto de lo último en el mundo del casorio. Y, ¡oh, sorpresa! porque os encontraréis con bastantes discrepancias.
Parece que los expertos no terminan de ponerse de acuerdo en cuáles serán las tendencias preferidas de los novios para 2023. Leeréis que, para muchos, se mantienen los enlaces íntimos, que facilitan el desarrollo y la organización; otros, por el contrario, hablan de íntimo en cuanto a círculos próximos de personas, lo que no tiene por qué ser sinónimo de "pocos invitados". Estas dos posibilidades sí convergen en algo fundamental: se acabaron los compromisos de antaño con toda la familia —esa a la que has visto un par de veces en alguna otra boda o en un funeral—, esas personas que, sí o sí, tenían que estar invitadas porque vuestros padres lo decidían. Ahora, los novios aprovechan la rebaja de invitados, instaurada con obligatoriedad por la Covid, para celebrar su enlace junto a las personas que de verdad quieren. Sus personas favoritas.
Otro de los puntos clave, en el que parece que tampoco se ponen de acuerdo, es en el estilo o temática. Lo que para unos es la continuación de la tendencia del 2022 por la naturaleza, lo rústico, lo campestre, la sencillez, el romanticismo, etc.; para otros es la invasión del estilo ecléctico, ese que instaura el "todo vale" a la hora de decorar e introducir elementos en la celebración. Para los primeros, en ese mundo natural, se crean atmósferas especiales con iluminaciones de cuento —muy del 2022, como decimos—; mientras que, para los segundos, aparecen los neones, vuelven las bolas de discoteca, las fluorescencias, el estilo industrial, las bengalas de colores atrevidos y un largo etcétera que se mezclan con el mimbre, la madera, ese estilo rústico o campestre. Así que, en lo único que coinciden nuestros expertos es en que el campo, la naturaleza sigue estando presente.
Un nuevo punto de discrepancia aparece a la hora de elegir la decoración floral, incluido el ramo de la novia. En este, lo que para unos se basa en grandes ramos y centros florales; para los otros se regresa a la sencillez, al tamaño pequeño. ¿Con cuál os quedáis? Los primeros hablan de un enorme ramo para la novia, montajes de decoración llenos de flores —desde árboles a macetas con cabeza, pasando por grandes centros repletos de flores (preferiblemente blancas)—. Por su parte, los segundos, ponen en valor las flores silvestres, los ramos pequeños y sencillos para la novia. Y en cuanto a decoración, más de lo mismo; sencillez.
La paleta de colores es otra de los aspectos sobre los que tienen que tomar decisiones los novios. Aquí, si bien las opiniones de los entendidos no son tan disonantes, también encontramos ciertas diferencias. Por una parte, se mantienen, en ambos casos, los tonos relacionados con la naturaleza; pero por otra parte, unos marcan la tendencia hacia los tonos pastel —con gran protagonismo del verde—, y otros marcan esta hacia tonos más estridentes, de contraste —verde botella, azul ultramar, violeta lavanda…—.
Pero no todo son controversias… También hay puntos en los que están de acuerdo. Veamos.
El vestido de novia es uno de ellos. La estética cottagecore será más patente que nunca. Vestidos con presencia de adornos florales, en diferentes colores, que quieren mostrar esa fraternidad con la naturaleza. El blanco sigue siendo protagonista indiscutible, pero se verá roto por la intromisión de esos estampados.
También parece que acercan posturas en que se continúa con la tendencia del 2022 de celebrar la boda más allá de un día. Esto, que para algunos puede resultar complicado a la hora de organizarlo, para otros es la manera de aprovechar más tiempo con esa “familia” cercana e íntima de la que hablábamos al principio. Una forma, además, de que aquellos que tengan que desplazarse desde más kilómetros puedan sacar un mayor rendimiento a ese tiempo. Son las llamadas wedding chapters en las que se incluyen la fiesta de compromiso, ensayos, fiestas preboda, etc. Todo para pasar el mayor tiempo posible disfrutando de un momento soñado y deseado por vosotros, los novios, y una buena manera de salir de la rutina.
Otro punto de encuentro entre los expertos es que el sábado ha dejado de ser el día clave para las celebraciones, más allá de que estas se realicen en uno o varios días. Esta tendencia, procedente del año pasado, se verá incrementada en este año y cada vez se verán más bodas en jueves o viernes. Algunas de las ventajas que conlleva salirse del fin de semana son básicamente dos: que es más fácil tener disponibilidad en el lugar elegido y que muchos proveedores ofrecen increíbles descuentos u ofertas para esos días. Quizá penséis que será más difícil la asistencia de vuestros invitados, lo cierto es que como son personas cercanas, que os quieren, ¡seguro que pueden organizarse para no faltar a semejante cita!
En una sociedad en la que, cada día más, existe una fuerte presencia de todo y todos en las redes sociales, las bodas no iban a ser una excepción. Los fotomatones exclusivos, los fotocall más originales, sorprendentes y divertidos siguen siendo fundamentales este año. Abalorios, máscaras, maquillajes, adornos diferentes para obtener esa foto única que subir a las redes. Los drones también siguen cobrando relevancia y esos reportajes de vídeo y fotografía que cada vez que volváis a ver os transportarán a aquellos instantes únicos.
En cuanto a los lugares favoritos para realizar las celebraciones estos continúan siendo las grandes fincas —como la nuestra, con exteriores que permitan disfrutar del entorno y la naturaleza; espacios que puedan personalizarse y transformarse para dar ese aire único a cada celebración. Esta tendencia por los espacios al aire libre, procedente de los momentos posteriores a la pandemia, se ve revitalizada, precisamente, por esa inercia hacia lo rústico y lo campestre.
Esta tendencia también puede verse en los obsequios, cada vez más personalizados, que los novios ofrecen a sus invitados. Regalos útiles, ecológicos y “anti desperdicio” como jabones artesanales, aceite evo, plantas, semillas de plantas, etc. Cada vez más en boga las bodas eco-friendly >que buscan precisamente esto, un menor impacto negativo tanto en el entorno como en el planeta.
Concurren los entendidos, además, en que las celebraciones tienden a ser cada vez menos estrictas en cuanto a protocolos. Así por ejemplo, Bodas.net señala la propensión a romper con las disposiciones rígidas en pos de flexibilidad, comodidad y familiaridad para los invitados. Si antes las bodas suponían estar sentados en la mesa por un largo espacio de tiempo, ahora se fomenta más el intercalar actividades para los asistentes, de tal manera que la celebración resulte mucho más activa y espontánea.
Otro de los puntos en los que parecen estar todos de acuerdo es en el fomento de la utilización de productos de proveedores locales. Lo que viene a denominarse “comida de km 0” y que implica una grata elección de los novios hacia la sostenibilidad, fomentando y apoyando el mercado local. El producto local estará muy presente en los aperitivos y convites.
Otra de las propensiones en la que hay encuentro entre los versados es en la, cada vez mayor, personalización de cada detalle. Desde tarjetas de invitación absolutamente individualizadas para cada invitado, hasta los obsequios que se entregarán a hermanos, padrinos y madrinas, testigos de boda, damas de honor, niños, etc. Si hasta no hace tanto existía el regalo para ellos y el regalo para ellas, eso ha quedado bastante relegado a favor de darle cada vez más importancia a cada asistente, una manera de que cada uno de ellos cobre su protagonismo especial en este o estos días de celebración. Tanto la papelería nupcial como los obsequios estarán en armonía y consonancia con el estilo y la temática elegida por los novios para la celebración de su gran día.
La fiesta final es uno de los aspectos más importantes de la celebración. La música, aquí, cobra especial relevancia y, en esto, no hay ni discrepancias ni lo contrario. Destacan, algunos expertos, la tendencia por el estilo festivalero, con grandes dosis de diversión en las que prime la fantasía, el glamour, el flúor, los brillos, la purpurina… Encontramos las barras libres de maquillajes y tatuajes, servicios cada vez más demandados por las parejas, que favorecen la diversión, crean momentos únicos y vuelven a incidir en esa intención de hacer protagonistas a los invitados.
Se pongan o no de acuerdo los expertos en bodas, lo único cierto es que ese día —o días— es vuestro y sois quienes tenéis la última palabra. Hacer una boda a vuestro gusto, en la que os sintáis cómodos y sepáis que vuestros invitados también lo estarán, es, en realidad, la única tendencia que siempre estará ahí pasen los años que pasen. Atrás quedaron —o deberían de haber quedado— aquellas celebraciones en las que los novios no disfrutaban realmente de su día por estar inmersos en las preocupaciones del “que todo salga bien”. Muchos días de elecciones de unas cosas y otras para preparar el convite perfecto, para sentar a cada invitado en el mejor lugar —evitando los temidos encontronazos familiares— y, cuando llegaba el día, los novios iban y venían preguntando a unos y otros “qué tal lo estás pasando” sin poder disfrutar, ellos mismos, de su gran momento. Hoy los novios son cada vez más conscientes de que están allí para disfrutar de ese momento único junto con sus personas favoritas y eso es lo más importante en un día como este. Disfrutar, respirar por cada poro las sensaciones para guardarlas en el archivo mental que tenéis y poner una grata sonrisa cada vez que las desempolvéis. Todo lo demás, solo es una cuestión de gustos y elecciones personales. Como suele decirse: “hemos venido a jugar”.
